La batalla por la sede del Comando Espacial de Estados Unidos (SPACECOM) se reavivó. El fiscal general de Colorado, Phil Weiser, presentó una demanda contra la administración Trump por la decisión de trasladar el cuartel general desde Colorado Springs a Huntsville, Alabama, una medida que —según afirma— responde a motivaciones políticas y no a criterios técnicos o legales.
En una conferencia de prensa celebrada en septiembre de 2025, Donald Trump anunció que el Comando Espacial sería reubicado en Huntsville, a la que rebautizó como la “Ciudad de los Cohetes”. Durante el anuncio, el expresidente vinculó directamente la medida con su rechazo al sistema de voto por correo implementado en Colorado. “Uno de los grandes problemas con Colorado es que usan exclusivamente el voto por correo, y eso genera elecciones fraudulentas”, dijo Trump, quien perdió ese estado por 11 puntos frente a la demócrata Kamala Harris en las elecciones de 2024.
Weiser sostiene que esos comentarios revelan un uso abusivo del poder presidencial. “Esta decisión no se basó en ningún criterio formal ni siguió el proceso de evaluación exigido por ley. No hubo estudios, revisiones ni justificación alguna”, declaró a la Radio Pública de Colorado. El fiscal agregó que “la Constitución no permite al Poder Ejecutivo castigar a un estado por ejercer su autonomía en materia electoral”.
La disputa por la “Ciudad de los Cohetes”
El Comando Espacial fue creado en 1982 y tiene su sede en la Base de la Fuerza Espacial Peterson, en Colorado Springs. Desde allí coordina las operaciones espaciales de las Fuerzas Armadas, integrando personal de la Fuerza Espacial y de otras divisiones militares con funciones orientadas al espacio.
Colorado Springs no solo alberga el SPACECOM. También concentra la Base Schriever y la Academia de la Fuerza Aérea, tres instituciones clave para el entramado espacial estadounidense.
En 2021, durante su primer mandato, Trump ya había impulsado el traslado del comando a Alabama, lo que desató críticas de legisladores y autoridades de Colorado que calificaron la decisión de maniobra política. Dos años más tarde, el presidente Joe Biden revirtió la medida luego de recibir la recomendación del general James Dickinson, jefe del Comando Espacial, quien advirtió que el cambio“pondría en peligro la preparación militar. Pero esa reversión también fue tildada de partidista por el senador republicano de Alabama, Tommy Tuberville, quien denunció un “ejemplo claro de clientelismo político”.
El Comando Espacial, de Colorado a Alabama
El regreso de Trump al poder reabrió la controversia. En su discurso del 2 de septiembre, insistió en que el nuevo destino del Comando Espacial será Huntsville. “Nos encanta Alabama. Gané por 47 puntos. No creo que eso haya influido en mi decisión, ¿verdad?”, bromeó durante la presentación.
Más allá del tono irónico, el trasfondo del conflicto expone un choque de intereses que va más allá de la logística militar. Para Colorado, el traslado implicaría perder miles de empleos especializados y una posición estratégica dentro del complejo espacial estadounidense. Para Alabama, en cambio, representa un impulso económico y simbólico: consolidar su papel como uno de los principales polos aeroespaciales del país.
La batalla legal recién comienza, pero su desenlace podría redefinir no solo la ubicación del Comando Espacial, sino también los límites entre política y defensa nacional en la era de la militarización del espacio.
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