Un nuevo estudio reveló que el cometa interestelar 3I/ATLAS está expulsando agua con una intensidad comparable a una manguera contra incendios a máxima potencia. Este viajero espacial es el tercer objeto que se ha detectado proveniente de otro sistema estelar que atraviesa el Sistema Solar, y el primero en mostrar una emisión tan intensa de vapor de agua.

El hallazgo fue realizado con el Observatorio Neil Gehrels Swift de la NASA, que detectó por primera vez la firma química del agua en un cometa interestelar. Este descubrimiento es fundamental, ya que el agua actúa como marcador de la actividad cometaria, permitiendo estudiar cómo la radiación solar interactúa con el hielo y libera otros gases.

“Cuando detectamos agua en un cometa interestelar, estamos leyendo una nota escrita por otro sistema planetario”, explicó Dennis Bodewits, físico de la Universidad de Auburn y coautor del estudio, publicado en The Astrophysical Journal Letters. “Eso nos indica que los ingredientes químicos de la vida no son exclusivos de nuestro Sistema Solar”.

Agua donde no debería haberla

El equipo observó al cometa en julio y agosto de 2025, cuando se encontraba a tres veces la distancia entre la Tierra y el Sol. A esa distancia, el hielo de agua no debería sublimarse con facilidad. Sin embargo, el Swift detectó el resplandor ultravioleta del hidroxilo (OH), producto de la fotodisociación de las moléculas de agua por la radiación solar.

El telescopio Swift capturó imágenes visibles y ultravioleta del cometa 3I/ATLAS en julio y agosto de 2025. El resplandor ultravioleta del hidroxilo marca el vapor de agua que escapa del cometa, una señal detectable solo desde el espacio. Fuente: Dennis Bodewits.

Los resultados de las observaciones revelan que 3I/ATLAS pierde 40 kg de agua por segundo, equivalente al flujo de una manguera de incendios industrial. Con estos valores, se estima que al menos el 8% de la superficie del cometa está activa, valor superior al 3–5% típico en los cometas del Sistema Solar. Esta actividad podría no provenir directamente de su superficie, sino de fragmentos de hielo flotando en su entorno.

Datos obtenidos con Gemini Sur y el Telescopio Infrarrojo de la NASA sugieren que la coma presenta bloques helados que se calientan con la luz solar, actuando como fuentes de vapor. Así, el cometa libera agua incluso estando demasiado frío para que el hielo superficial se sublime de forma directa.

“Hasta ahora, cada cometa interestelar nos sorprendió”, señaló Zexi Xing, autor del estudio y también investigador de Auburn. “’Oumuamua era seco, Borisov abundante en monóxido de carbono, y ahora ATLAS libera agua a una distancia donde no debería hacerlo. Cada uno cambia lo que creíamos saber sobre la formación de cometas en otros sistemas estelares”.

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