Un ataque con drones ucranianos destruyó uno de los radiotelescopios más grandes de la ex Unión Soviética, ubicado en Eupatoria, Crimea, una península internacionalmente reconocida como parte de Ucrania pero ocupada por Rusia desde 2014. La estructura, una antena parabólica de 70 metros de diámetro y 5.000 toneladas, había sido transformada por Moscú en un activo militar tras la anexión de 2014.
De la exploración planetaria a la guerra
El radiotelescopio RT-70, construido en los años 70 como parte de la Red Soviética de Espacio Profundo, jugó un papel central en la comunicación con misiones a Venus, parte del programa Venera, y en la investigación astronómica. También apoyó misiones europeas como Mars Express y Rosetta, y fue protagonista en iniciativas de búsqueda de vida extraterrestre. Desde sus instalaciones se enviaron más de 20 mensajes a sistemas estelares con planetas habitables. En la década del 2000, además de la ciencia, se utilizó para observaciones de asteroides, planetas y centros galácticos.
Bajo control ruso desde 2014, el RT-70 se sometió a modernizaciones que incluyeron la instalación de un receptor de 200 kilovatios en 2011, fabricado en Moscú. Según el medio Defense Express, la antena se integró al sistema de navegación satelital GLONASS, la versión rusa del GPS, aumentando su precisión en un 30%.
Ese mismo receptor fue el blanco del ataque ucraniano a fines de agosto. Las imágenes muestran un dron impactando directamente en el corazón del telescopio. Por su complejidad técnica, se estima que Rusia no podrá reemplazarlo en el corto plazo.
Un patrimonio científico perdido
El RT-70 de Eupatoria era uno de los tres radiotelescopios de su tipo construidos en la URSS. Tras la ocupación rusa, varios de sus observatorios quedaron bajo administración de la Academia de Ciencias de Rusia, incluido el telescopio óptico Shain, de 2,6 metros de diámetro, y las instalaciones del Observatorio Simeiz.
Ucrania también sufrió pérdidas fuera de Crimea. En 2022, durante la ocupación rusa de Járkov, saquearon el Radiotelescopio Gigante Ucraniano. Más de 2.000 antenas dipolares quedaron inactivas tras el robo de equipos y la colocación de minas en el predio.
De acuerdo con la UNESCO, los daños a la infraestructura científica ucraniana ocasionados por la invasión rusa ya suman US$ 1.260 millones. La destrucción del RT-70 no solo representa un golpe militar a Rusia, sino también la pérdida de una de las antenas más emblemáticas de la astronomía soviética.
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