El Telescopio del Horizonte de Eventos (EHT) vuelve a sacudir a la comunidad científica con nuevas imágenes del agujero negro supermasivo M87*, ubicado en el centro de la galaxia M87. Este ejemplar se convirtió en 2019 en el primer agujero negro en ser fotografiado, un hito histórico para la astronomía.

Las observaciones, realizadas entre 2017 y 2021 y publicadas en la revista Astronomy & Astrophysics, revelan un fenómeno inesperado: la polarización de los campos magnéticos alrededor de M87* se invirtió en apenas cuatro años. Esto indica que el entorno del agujero negro es mucho más dinámico y complejo de lo que se creía.

En 2017, las observaciones mostraban al anillo de plasma —gas extremadamente caliente y cargado, atrapado por el campo magnético del agujero— girando en una dirección. Un año después, en 2018, ese movimiento se estabilizó, como si el sistema hubiera entrado en una pausa momentánea. Pero para 2021, el anillo comenzó a girar en sentido contrario. Lo sorprendente es que, a pesar de esa inversión en la orientación del plasma, el tamaño del anillo permaneció constante. Esa estabilidad confirma una predicción clave de la relatividad general: la “sombra” proyectada por un agujero negro no depende de los cambios del plasma que lo rodea, sino de la geometría del horizonte de eventos, es decir, la frontera invisible que marca el límite de lo que puede escapar de su gravedad.

“El cambio de dirección fue totalmente inesperado. Desafía nuestros modelos y demuestra cuánto desconocemos sobre lo que ocurre cerca del horizonte de eventos”, señaló Jongho Park, de la Universidad de Kyunghee, y miembro del equipo del EHT.

M87 agujero negro
Nuevas imágenes de M87* muestran los campos magnéticos alrededor del agujero negro girando en una dirección en 2017 y luego en otra en 2021. Fuente: EHT.

Turbulencia extrema y chorros de materia

El estudio también logró identificar por primera vez la base del chorro de partículas que emerge de M87* a velocidades cercanas a la luz. Estos chorros, guiados por campos magnéticos, son fundamentales para entender cómo los agujeros negros supermasivos influyen en la evolución de sus galaxias, inyectando energía al espacio circundante.

“El patrón de polarización cambia notablemente. Esto revela que el plasma cercano al horizonte de sucesos no es estático, sino turbulento y en constante evolución”, explicó Paul Tiede, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.

Aunque la causa de la inversión magnética sigue sin resolverse, podría deberse a la interacción entre la estructura interna del plasma y factores externos que alteran su dinámica.

El EHT, un telescopio en expansión

Las nuevas imágenes no solo muestran a un agujero negro cambiante, sino también la propia evolución del EHT. En 2021, la red alcanzó mayor precisión gracias a la incorporación de nuevas antenas, que se sumaron a un sistema global de 25 radiotelescopios.

“El EHT se consolida como un observatorio completo, capaz de ofrecernos imágenes inéditas y, al mismo tiempo, una visión coherente de la física de los agujeros negros”, destacó Mariafelicia De Laurentis, astrónoma de la Universidad de Nápoles Federico II.

“El proyecto crece con más telescopios, instrumentación avanzada, nuevas ideas y algoritmos cada vez más potentes. Todo esto nos abre preguntas que nos mantendrán ocupados durante mucho tiempo”, concluyó Michael Janssen, de la Universidad de Radboud.

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