El gobierno de EE.UU. ordenó escanear toda la infraestructura de las rutas que cuenten con alimentación por energía solar. La finalidad radica en que podría encontrarse tecnología china de manera ilegal en las baterías.
La Administración Federal de Carreteras del Departamento de Transporte de Estados Unidos ordenó, mediante un comunicado de cuatro páginas, detectar la presencia de dispositivos no autorizados en baterías importadas de China. Esto se debe a que “en ciertos inversores de energía y BMS fabricados en el extranjero” se encontraron radios celulares no documentados.
Si bien en las comunicaciones no se especifica la nacionalidad del infractor, la mayoría de las baterías fueron compradas a fabricantes pertenecientes a China.
El potencial peligro, en el imaginario norteamericano, es que Pekín podría manipular las baterías recargables de manera inalámbrica. Así, podría conseguir información sensible o provocar sobretensión de equipos.
La controversia se dio en mayo, cuando autoridades energéticas encontraron dispositivos de comunicación no autorizados en productos chinos. Poco después, Green Power Denmark denunció las misma acciones fueron, ya que descubrió componentes electrónicos chinos desconocidos instalados en la red de Dinamarca.
La Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de Infraestructura de Estados Unidos se encuentra trabajando con el Departamento de Transporte para mitigar los efectos lo mayor posible. Esto se debe a que la vulnerabilidad en el sistema de carreteras afectaría de manera directa a la infraestructura terrestre del país.
Por su parte, la Embajada de China en Washington refutó que el gobierno de Trump busca “la distorsión y desprestigio de los logros de China en el campo de la infraestructura energética”.
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