Por Sofía Arocena y Damián Cichero

Hablar de energía nuclear en Argentina es hablar de INVAP. Y dentro de esa historia, Felipe Albornoz encabeza la Gerencia Nuclear de la empresa rionegrina, con proyectos que consolidan el liderazgo tecnológico del país y lo proyectan en escenarios internacionales.

En diálogo con Espacio Tech, Albornoz explicó los alcances del contrato que la compañía mantiene con Uganda para el desarrollo de un Centro de Ciencia y Tecnología Nuclear (CNST). “El proyecto surge a partir de un contrato que firmamos en agosto del año pasado”, señaló. “Se trata de un análisis de factibilidad y estudio de sitio para el desarrollo de un centro nuclear en la Universidad de Soroti”.

Uganda atraviesa un momento clave en su desarrollo. “Con una población en rápido crecimiento y una demanda energética cada vez más difícil de cubrir, están buscando dar un salto tecnológico para ingresar al mundo de la producción de energía nuclear”, explicó el gerente.

INVAP y los cimientos de un nuevo programa nuclear para Uganda

El contrato firmado por INVAP con la Perla de África tiene dos partes principales. La primera consiste en un análisis y propuesta de diseño conceptual de un reactor de investigación y entrenamiento, con capacidad también para producir radioisótopos. La segunda incluye la caracterización del sitio en términos ambientales y geológicos, un paso indispensable para que, más adelante, pueda construirse el reactor.

Un reactor de este tipo no está pensado como fuente de energía directa, sino como plataforma de aprendizaje. Permite a un país entender en la práctica cómo funciona la física de las reacciones nucleares, cómo se operan los sistemas de seguridad y cómo se entrenan los futuros profesionales que, con esa experiencia, podrán dar el salto hacia el desarrollo de centrales de potencia. Es, en definitiva, la escuela donde se forman los cimientos de un programa nuclear.

La caracterización ambiental y geológica, por su parte, abarca desde la evaluación de aguas subterráneas y la calidad de los suelos y rocas, hasta el análisis de clima, vientos, lluvias y sequías. Todo ese paquete de información es lo que permitirá sentar las bases técnicas del proyecto.

“A fines de julio se dio inicio a los estudios geotécnicos”, cuenta Albornoz. “Lo celebramos porque fue el comienzo de las actividades en campo. Allí, nuestra gente y nuestros subcontratistas comenzaron a hacer perforaciones para los estudios de suelo. Fue un lindo momento para celebrarlo y comunicarlo, porque es la culminación de un año trabajando para que este proyecto suceda”.

Una nueva dinámica de trabajo

Con los primeros ensayos sobre el terreno ya en marcha, comienza una segunda etapa: la de procesar, analizar y evaluar toda la información recabada. “Ahora tenemos por delante otro año de trabajo, pero ya con otra dinámica, otro ritmo y otro enfoque”, afirma Albornoz.

Uganda inicia así un camino decisivo hacia la incorporación de la energía nuclear como herramienta de desarrollo, acompañado por la experiencia argentina, que se consolidó como referente internacional en la materia. Para INVAP, el proyecto no es solo una exportación de tecnología, sino también un ejemplo de cooperación y de la capacidad del país para ofrecer soluciones estratégicas a escala global.

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