El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China está llevando a la práctica exoesqueletos motorizados, similares a los del superhéroe Iron Man, que permiten a los soldados marchar en la nieve con más de 45 kilos de equipo, acompañados por drones logísticos y hasta perros robóticos.
En enero, el EPL probó estos “dispositivos logísticos inteligentes” en la meseta del Karakórum, al oeste de Xinjiang, y no fue la primera vez. Desde hace años, China impulsa un ecosistema de investigación y desarrollo de exoesqueletos que involucra a empresas estatales, privadas y universidades. En 2019, por ejemplo, organizó el concurso “Super Warrior”, en el que 50 prototipos compitieron en categorías como movilidad ligera y manejo de municiones.
En 2020, el conglomerado estatal Norinco entregó un armazón pasivo tipo mochila a tropas destacadas en el Tíbet. El buen desempeño derivó rápidamente en nuevos contratos. Poco después, la empresa aeroespacial estatal CASIC presentó un modelo motorizado con batería intercambiable, bautizado Asistencia de Apoyo de Municiones Portátil. Este traje, que puede ajustarse en menos de 40 segundos, descarga hasta el 50 % del peso y permite trasladar sin esfuerzo cajas de municiones de 50 kilos.
Hombres de acero chinos en el Tibet
En el Salón Aeronáutico de Zhuhai 2024 apareció una rodillera ligera de Beijing Precision Mechatronics, que pesa pocos kg y aporta 25 kg de torque al subir pendientes.
Las startups privadas también entraron en juego. Blood Wingnse, de Pekín, mostró en 2025 su traje Vanguard, que consiste en una estructura de fibra de carbono y titanio de menos de 25 kg, con asistencia de 40 kg en brazos y 60 en piernas, capaz de sostener 100 kg de carga continua y hasta 200 kg en picos breves.
Los primeros beneficiados son los regimientos de montaña en el Tíbet y Xinjiang, donde las patrullas a 5.000 metros de altura limitan la resistencia física. En enero, brigadas de la meseta probaron trajes motorizados de tercera generación en marchas cerca de la frontera con India. Según fuentes chinas, los equipos reducen la fatiga por hipoxia y permiten llegar al combate en mejores condiciones.
Otros ensayos a 4.000 metros en Qinghai confirmaron que incluso los modelos livianos de rodilla, de menos de 6 kg, facilitan mover carretes de manguera de 70 kg sobre terreno pedregoso y helado.
Según el coronel Gong Zhansheng, el EPL emplea tanto versiones activas —con control automático e inteligencia artificial— como pasivas, útiles para pequeños equipos logísticos que deben llevar suministros en el “último tramo”.
Grandes innovaciones y sus consecuencias estratégicas
La adopción masiva en regiones como el Himalaya cambia la ecuación táctica. Permitir que un soldado cargue de 50 a 80 kg sin animales de carga significa más sensores, más munición y mayor autonomía en zonas disputadas con India. También dificulta que rivales como India o EE.UU. interrumpan las cadenas logísticas.
En definitiva, los exoesqueletos chinos dejaron de ser un experimento para convertirse en una ventaja militar real. Son livianos, fáciles de usar, se abrochan en menos de un minuto y funcionan con baterías comunes. Una tecnología lista no solo para transformar la movilidad en terrenos extremos, sino también para redefinir el equilibrio estratégico en la región.
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