Este domingo 24 de agosto, SpaceX abortó el lanzamiento del décimo vuelo de prueba de su sistema Starship cuando faltaban pocos minutos para el despegue. La compañía informó que el problema se originó en los sistemas terrestres de abastecimiento, donde se detectó una fuga de oxígeno líquido.
Elon Musk, director de SpaceX, explicó que la fuga se produjo en la línea de oxígeno líquido del lado de tierra y aseguró que la falla sería corregida rápidamente. Así, el intento de lanzamiento resultó reprogramado para este lunes 25 de agosto, con una ventana de despegue cercana a las 21:30 (hora de Argentina).
El vuelo 10 representa un paso clave en el desarrollo del sistema Starship. SpaceX busca comprobar las mejoras introducidas en el Super Heavy —el booster de primera etapa— y en la nave Ship 37. En el propulsor, el objetivo principal es validar la separación de etapas y ensayar un amerizaje controlado en el Golfo de México. En la nave superior, el foco está puesto en la reentrada: se evaluará un escudo térmico reforzado y un nuevo diseño de aletas de control, elementos fundamentales para la reutilización.
La misión también incorpora el despliegue de simuladores de satélites Starlink y un reencendido de motores en el espacio. Estas maniobras permitirán verificar tanto la capacidad de transportar y liberar carga como el rendimiento del sistema de propulsión en condiciones orbitales. En conjunto, el vuelo busca generar datos para consolidar al Starship como un vehículo reutilizable y operativo a gran escala.
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