En su más reciente hallazgo, el rover Perseverance de la NASA detectó en Marte una roca que parece salida de un campo de batalla medieval. Con forma que recuerda a un casco antiguo y una textura rugosa y picada, el objeto llamó la atención del equipo científico por su singularidad y potencial valor geológico.

La imagen fue capturada este 5 de agosto por el sistema Mastcam-Z, un par de cámaras con zoom montadas en el mástil del rover. Este “casco” marciano, oficialmente bautizado Horneflya, se distingue no solo por su silueta puntiaguda, sino porque está compuesto casi íntegramente de esférulas, diminutas estructuras redondeadas que le confieren su textura característica.

Casco Perseverance rover NASA
La roca marciana parece un casco holandés del siglo XVII. Fuente: NASA/JPL-Caltech/ASU (izuierda) y Rogers Fund (derecha).

En la Tierra, este tipo de formaciones pueden originarse por meteorización química, precipitación de minerales o actividad volcánica. En Marte, los científicos de Perseverance sospechan que, en algunos casos, las esférulas se forman cuando agua subterránea circula por los poros de rocas sedimentarias. Sin embargo, no está claro si ese mecanismo explica todas las formaciones detectadas. Será necesario analizar más muestras para resolver este enigma de la geología marciana.

Este no es el primer hallazgo de su tipo. En marzo de 2025, Perseverance ya había identificado una roca con características similares, lo que refuerza el interés por este tipo de estructuras.

La roca “casco” de Marte, entre la ciencia y la pareidolia

Perseverance acumula una galería muy variada de rocas con formas curiosas, desde meteoritos que parecen rosquillas hasta fragmentos parecidos a un hueso de aguacate. Estas imágenes son ejemplos de pareidolia, el fenómeno psicológico por el cual el cerebro interpreta patrones familiares en datos visuales aleatorios, como ver figuras en las nubes.

Más allá de las coincidencias visuales, formaciones como Horneflya ofrecen pistas valiosas sobre la historia ambiental de Marte: evidencias de la acción del viento, del agua y de procesos internos que moldearon su superficie a lo largo de miles de millones de años.

Actualmente, Perseverance explora el sector norte del cráter Jezero, donde la misión continúa su recorrido con un objetivo doble. Por un lado, estudiar la geología del terreno y, por el otro, buscar indicios de condiciones que pudieran haber sido aptas para la vida.

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