A última hora del día martes, un cohete Vulcan de United Launch Alliance (ULA) lanzó un satélite de navegación experimental en nombre del ejército de EE.UU.
El nuevo y poderoso Vulcan Centaur despegó desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 41 (SLC-41) en la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, Florida.
Vulcan despegó con cuatro propulsores de cohetes sólidos montados lateralmente para generar suficiente empuje para enviar su carga útil directamente a la órbita geosincrónica. Este representó uno de los vuelos más largos de ULA, un viaje de siete horas que abarcó más 35.000 km.
Una misión especial
Este fue el primer satélite de navegación experimental del ejército de Estados Unidos que se lanzó en 48 años. Es lo que se conoce como satélite de posición, navegación y cronometraje (PNT). Este tipo de nave espacial proporciona datos similares a los del conocido sistema GPS.
La unidad probará muchas nuevas tecnologías experimentales que están diseñadas para hacerlo resistente a las interferencias y la suplantación de identidad, según Andrew Builta de L3Harris Technologies, el contratista principal de la carga útil PNT integrada en un bus satelital construido por Northrop Grumman.

El satélite, identificado públicamente como Navigation Technology Satellite-3 (NTS-3), cuenta con una antena de matriz en fase. Esta le permite “enfocar potentes haces hacia las fuerzas terrestres y combatir entornos de interferencia”, afirmó Builta.
La interferencia de GPS se ha convertido en un problema cada vez más preocupante tanto para el ejército de EE.UU. como para los operadores de satélites comerciales, por lo que esta nave espacial realizará experimentos para probar qué tan efectivas son estas nuevas tecnologías para eludir los ataques de interferencia.
Además, el satélite cuenta con una arquitectura de software que permite reprogramarlo mientras está en órbita. “Esta es una capacidad que realmente cambia las reglas del juego”, aseguró Builta.
Un pequeño percance
Durante el despegue, en el extremo del cohete, aproximadamente a los 39 segundos del lanzamiento, se vio un estallido de llamas y material que emanaba del Vulcan.
La anomalía se atribuyó más tarde a un defecto de fabricación en una boquilla en uno de los propulsores laterales sólidos del cohete. Sin embargo, Vulcan la superó y ULA declaró que el vuelo fue un éxito.
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