Hace un par de días, la NASA confirmó que el astronauta estadounidense Jim Lovell, comandante de la fallida misión Apolo 13, murió a los 97 años.
Apolo 13 fue la tercera misión que la NASA lanzó, en 1970, para aterrizar en la Luna tras los exitosos antecedentes de Apolo 11 y 12. Pero una explosión a bordo puso en grave peligro la vida de la tripulación compuesta por Jack Swigert, Fred Haise y el ya mencionado Lovell.
Específicamente, un cable expuesto en un tanque de oxígeno del módulo de comando provocó una explosión que dañó gravemente la nave espacial a 320.000 km de la Tierra. Y, tras advertir el problema, Lovell pronunció la famosa frase “Houston, tenemos un problema”.
Así, mientras el Control de Misión en Houston ideaba soluciones ingeniosas para traer la nave espacial de regreso a la Tierra de manera segura, la tripulación debió soportar condiciones gélidas, deshidratación y hambre durante tres días y medio.
Un fracaso exitoso
Según la percepción del propio Lovell, la misión Apolo 13 fue un ‘fracaso exitoso’ “porque fue un fracaso en su misión inicial, nada se había logrado realmente. Pero el resultado fue un gran éxito en la capacidad de las personas para tomar una catástrofe casi segura y convertirla en una recuperación exitosa”.
La misión Apolo 13 se produjo nueve meses después de que Neil Armstrong se convirtiera en la primera persona en caminar sobre la Luna el 20 de julio de 1969. En ese momento, fue cuando dio “un gran salto para la humanidad”.
Pero en 1970, para sobrevivir los astronautas abandonaron el módulo de comando y se dirigieron al módulo lunar, diseñado para que dos hombres aterrizaran en la Luna. Su plan era usarlo como bote salvavidas para regresar a casa.
Pero, para lograrlo, se apagaron los sistemas eléctricos para ahorrar energía, lo que provocó que las temperaturas cayeran hasta casi el punto de congelación. Además, el agua estaba drásticamente racionada y la comida era escasa. Incluso la tripulación tuvo que idear un sistema de filtro para eliminar los altos niveles de dióxido de carbono que podrían haber resultado mortales.
Finalmente, el 17 de abril la tripulación llegó al océano Pacífico, aunque Lovell nunca tuvo otra oportunidad de caminar sobre la Luna.

Del espacio a Hollywood
Lo que sí vio Lovell fue como la superestrella de Hollywood Tom Hanks lo interpretó en la aclamada película de 1995 del director Ron Howard.
Justamente, tras conocer la noticia de la muerte de Lovell, Hanks lo elogió: “Hay personas que se atreven, que sueñan y que llevan a otros a lugares a los que no iríamos solos. Lovell era ese tipo de persona”.
Lovell hizo un cameo en “Apolo 13” como el comandante del barco de la Marina de Estados Unidos que recupera a los astronautas y le da la mano a Hanks.

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