Tal como ocurre a nivel terrestre, en el espacio también existen los huracanes, los cuales pueden desestabilizar los satélites. Los mismos se concentran en los polos aún cuando no hay una tormenta solar visible.
¿Qué son los huracanes espciales?
Las tempestades electromagnéticas están compuestas por partículas cargadas de plasma que pueden sacudir el campo magnético de la Tierra y dañar las frecuencias del GPS.
La anomalía fue descubierta sobre el polo norte magnético en el 2014 por el Programa de Satélites Meteorológicos de Defensa (DMSP) de Estados Unidos, aún cuando el clima espacial estaba despejado. El estudio detectó la existencia de una tormenta electrodinámica activa capaz de generar efectos climáticos espaciales reales y potencialmente disruptivos.
Dos satélites sobrevolaron la zona, el DMSP F17 pasó por el centro y el Swarm B de la Agencia Espacial Europea lo hizo por los costados. Ambos generaron una imágen de un sistema activo y arremolinado en la ionosfera terrestre con flujos de plasma viajando con cambios de velocidad y altura, y corrientes eléctricas ascendentes.
Para determinar las consecuencias se usó la Red Ionosférica del Alto Ártico Canadiense, donde las señales GPS que atravesaban la zona fueron afectadas. Como mencionamos anteriormente, lo disruptivo de este fenómeno es su aparición en condiciones climáticas espaciales tranquilas.
Las tormentas geomagnéticas y las auroras que las acompañan ocurren cuando el campo magnético interplanetario (IMF, por sus siglas en inglés) se alinea hacia el sur. Esto “abre la puerta” en el campo magnético de la Tierra y permite la entrada de las partículas cargadas del viento solar.
Pero en el 2014, el huracán espacial se formó bajo un IMF orientado al norte que, en teoría, impide la actividad geomagnética. El resultado es una tormenta que pasa desapercibida para los índices estándar de meteorología espacial y podrían ser más comunes de lo que creemos.
“Nota para los meteorólogos: no todas las tormentas provienen del Sol”, explicó Spaceweather.com. La hipótesis es que la energía del viento solar se cuela a través de los lóbulos magnéticos en la parte posterior de la magnetosfera terrestre. Este fenómeno, denominado reconexión de lóbulos, envía energía directamente al casquete polar. Allí se generan flujos circulares de plasma y corrientes eléctricas que crean un huracán especial encima del polo.
Conclusión
La importancia para la humanidad es la viabilidad de las señales especiales y su inestabilidad ante los huracanes espaciales. La interrupción de estos últimos genera perturbaciones a altas latitudes que afectan al GPS, las comunicaciones satelitales y la aviación polar tal como quedó demostrado con la Red Ionosférica del Alto Ártico Canadiense. El próximo paso para el hombre será detectar estas amenazas espaciales para mitigar sus efectos y mantener la seguridad terrestre.
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