La constelación de satélites Starlink de SpaceX, con más de 7.000 ejempplares operativos, está transformando la conectividad en todo el planeta. Sin embargo, también comienza a evidenciarse su impacto colateral en una ciencia que también observa el cielo, la radioastronomía.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Curtin, Australia, publicó un estudio en la revista Astronomy & Astrophysics que confirma las preocupaciones de la comunidad astronómica. Al analizar 76 millones de imágenes captadas por una estación prototipo del radiotelescopio Square Kilometre Array (SKA), detectaron interferencias provenientes de 1.806 satélites de Starlink en más de 112.000 emisiones de radio, afectando hasta el 30% de las imágenes en algunos conjuntos de datos.
La sorpresa no radica solamente en la cantidad de emisiones detectadas, sino en su naturaleza: muchas de ellas se produjeron en bandas de frecuencia que deberían estar protegidas para uso exclusivo de la radioastronomía.
“Identificamos 703 satélites emitiendo en 150,8 MHz, una frecuencia que no debería presentar señales, ya que está reservada para nuestras observaciones”, explicó Dylan Grigg, autor principal del estudio. Estas emisiones no eran parte de transmisiones deliberadas, lo que sugiere un origen interno, probablemente de la electrónica de a bordo.
Ese carácter no intencional plantea un desafío técnico mayor. “Como no son emisiones planificadas, los astrónomos no pueden anticiparlas ni filtrarlas fácilmente en los datos de observación”, detalló Grigg.
Un vacío normativo en el espacio
El problema no se limita a Starlink, aunque es el sistema más estudiado por su magnitud. Al momento del análisis, contaba con más de 7.000 satélites operativos. Otras constelaciones también podrían generar interferencias similares, pero aún se evaluaron con el mismo nivel de detalle.
Según Steven Tingay, profesor de Curtin y director ejecutivo del Instituto Curtin de Radioastronomía, el origen del conflicto radica en la legislación vigente. “La Unión Internacional de Telecomunicaciones regula las transmisiones satelitales, pero esas normativas se enfocan en emisiones intencionales y no contemplan este tipo de filtraciones involuntarias”.
Tingay aclaró que SpaceX no está violando ninguna norma. “Starlink cumple con la regulación actual. De hecho, nuestras conversaciones con la empresa fueron constructivas”, afirmó. El equipo espera que este trabajo contribuya a los esfuerzos internacionales para modernizar las políticas y garantizar que el avance de la tecnología espacial no entorpezca el estudio del cosmos.
Tal vez te interese: Las megaconstelaciones chinas que compiten con Starlink