Aunque no es ninguna novedad, la noticia no deja de ser sorprendente: la NASA reducirá hasta en un 20% su fuerza laboral. Específicamente, según un portavoz de la agencia espacial, unas 3.870 personas dejarán sus cargos próximamente. Así, el número restante de empleados sería de alrededor de 14.000.
Lo interesante es que la agencia no los despedirá directamente, sino que estos casi 4.000 empleados han optado por aceptar la opción de “renuncia diferida” de la administración Trump.
El programa de renuncia diferida (DRP), que coloca a los participantes en licencia administrativa pagada hasta una fecha de salida acordada, es parte del esfuerzo de la Casa Blanca para reducir el gasto público.
Sin embargo, aún los números podrían cambiar en las próximas semanas. Esto se debe a que algunas personas pueden retirar sus renuncias y otras pueden ver que sus solicitudes sean rechazadas.

Pero el recorte de Trump no termina aquí. En su solicitud de presupuesto federal para 2026, propuso reducir la financiación general de la agencia en un 24%. Además, busca recortar el presupuesto científico de la NASA a casi la mitad.
Sin dudas, las medidas de Trump son un duro golpe para la NASA, una agencia que se caracteriza por mantener políticas de estado a largo plazo más allá de la administración de turno.
Por ello, las medidas de Trump han provocado protestas de científicos, ingenieros y la población en general que se preocupa por la exploración espacial.
Por ejemplo, casi 300 científicos de la NASA firmaron recientemente la “Declaración Voyager”. En ella advierten que, si los recortes presupuestarios se promulgan, tendrían efectos devastadores en la ciencia estadounidense y podrían afectar la seguridad de los astronautas.
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