Esta semana, la Casa Blanca presentó un plan ambicioso para convertir a Estados Unidos en líder absoluto de la carrera de la inteligencia artificial (IA), durante la cumbre Winning the AI Race en Washington. La estrategia busca acelerar la adopción militar, agilizar permisos para centros de datos, reforzar modelos de código abierto y fortalecer la competitividad tecnológica frente a China.

Impulso militar y capacitación

El documento establece que EE.UU. “debe adoptar agresivamente la IA en sus Fuerzas Armadas para mantener la preeminencia militar global”. Ordena al Pentágono crear un entorno de pruebas virtual autónomo para validar soluciones de IA, y garantiza acceso prioritario a la nube comercial durante emergencias. También prevé programas de formación en IA para el personal militar, impulsando la empleabilidad de veteranos en industrias tecnológicas.

Mina Narayanan, analista del Center for Security and Emerging Technology, destacó que los planes de reconversión laboral y capacitación propuestos ayudarán a crear una fuerza laboral preparada para los retos de la IA. Asimismo, se prevé la creación de centros de innovación en universidades militares.

El presidente Donald Trump habla durante la cumbre “Winning the AI Race” el 23 de julio de 2025 en Washington, D.C.

Competencia con China y control de hardware

En el plano global, el plan apunta a frenar el acceso de China a chips avanzados mediante trazabilidad y verificación de ubicación en sistemas de cómputo. También busca recuperar liderazgo en organismos que definen estándares tecnológicos y propone una estrategia de “diplomacia tecnológica” para formar una alianza internacional en torno a la IA.

Doug Kelly, CEO de American Edge Project, calificó la iniciativa como “un salto gigante” hacia el liderazgo tecnológico. Ylli Bajraktari, del Special Competitive Studies Project, subrayó que la seguridad nacional y la economía dependen cada vez más del dominio en IA.

Libertades civiles bajo la lupa

El plan enfrenta críticas por su impacto potencial en derechos civiles y privacidad. Una medida controvertida amenaza con recortar fondos federales a estados que limiten el uso de IA, incluso en áreas sensibles como el reconocimiento facial. Sarah Myers West, del AI Now Institute, afirmó que “el plan es prácticamente una lista de deseos de Silicon Valley”.

Varios estados ya han impuesto restricciones al reconocimiento facial, una tecnología vinculada al dominio chino en vigilancia y software. Aunque el plan federal prevé controles a productos importados, su implementación será gradual, lo que podría generar riesgos de seguridad.

Innovación y concentración

Expertos advierten que la estrategia podría fortalecer monopolios tecnológicos y frenar la innovación a largo plazo. “Si algo nos enseña la historia es que los monopolios terminan sofocando la innovación”, advirtió West, señalando que los recortes en investigación pública podrían agravar este efecto.

En definitiva, el plan de la Casa Blanca refuerza la posición de EE.UU. frente a China en la carrera tecnológica, pero también abre un debate profundo sobre el equilibrio entre seguridad nacional, competencia industrial y protección de los derechos civiles.

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