La megaconstelación satelital Qianfan, también conocida como Thousand Sails, enfrenta una serie de obstáculos que amenazan con frustrar su hoja de ruta. Impulsado por la empresa Shanghai Yuanxin Satellite Technology, con respaldo del gobierno municipal de Shanghái, el plan apunta a desplegar más de 15.000 satélites en órbita baja (LEO) para ofrecer internet satelital a escala global antes del 2030.
Una meta ambiciosa, pero lejos del objetivo
De los 648 satélites que deberían estar en órbita para fines de 2025 para brindar cobertura regional, hasta ahora solo se lanzaron 90, el 14%. Para cumplir con el cronograma original, Yuanxin debería poner en órbita más de 30 satélites por mes, alcanzando los 1.296 para 2027, cifra necesaria para ofrecer conectividad global.
Sin embargo, ese ritmo de lanzamientos parece hoy muy difícil de lograr. El principal cuello de botella es la falta de cohetes disponibles para cubrir la demanda explosiva que genera una constelación de este tamaño.
Falta de lanzadores: el talón de Aquiles chino
Mientras SpaceX lanza sus satélites Starlink en grupos de hasta 24 por misión con su Falcon 9, que puede despegar hasta dos veces por semana, China carece de un lanzador similar en términos de eficiencia y frecuencia.
Los satélites de Qianfan, suelen lanzarse en grupos de 18 unidades, lo que implica que cumplir el objetivo de 648 satélites requeriría utilizar casi la mitad de todos los lanzamientos anuales disponibles en China.
Además, Yuanxin ha sufrido reveses concretos. Entre agosto de 2024 y marzo de 2025, se realizaron solo cinco lanzamientos desde los centros espaciales de Taiyuan y Wenchang, y la empresa perdió dos licitaciones clave para contratar lanzadores.
Actualmente, solo algunas variantes del Long March —como los LM-6A, LM-8 y LM-8A— tienen la capacidad para cumplir esa tarea. Estos cohetes son fabricados por empresas estatales y deben además compartirse con la megaconstelación Guowang, considerada de prioridad nacional. En un contexto de escasez de lanzadores, Guowang podría desplazar a Qianfan en la asignación de recursos.
Problemas técnicos en órbita
El retraso no solo responde a cuestiones logísticas. Varios satélites Qianfan han experimentado fallas técnicas y no alcanzaron la órbita deseada.
Los satélites de Qianfan se liberan en órbitas iniciales más bajas y luego ascienden por sus propios medios mediante propulsión eléctrica.
En total, 17 de los 90 satélites lanzados aún no lograron alcanzar su órbita final de 1.070 km de altitud, y algunos permanecen en niveles más bajos, cercanos a los 800 km.
El presente y el futuro de Qianfan
A pesar de las demoras, Qianfan ya se posiciona como la tercera mayor constelación de internet satelital en órbita baja, detrás de Starlink y OneWeb. Pero si China no resuelve su cuello de botella en lanzadores ni mejora la confiabilidad de sus satélites, es probable que el proyecto se vea relegado en la carrera global por el dominio de la conectividad espacial.
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