El Senado norteamericano confirmó a Michael Guetlein, general de la Fuerza Espacial de Estados Unidos, como director del Golden Dome, una de las apuestas más audaces de defensa estratégica impulsadas por la administración de Donald Trump. El nombramiento llega dos meses después de su postulación y marca el inicio formal de un proyecto que busca desplegar una red de satélites capaces de interceptar misiles enemigos en pleno vuelo.
Hasta ahora, Guetlein se desempeñaba como vicejefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial. En su nuevo rol como gerente del programa, deberá reportarse directamente a la presidencia. Tendrá que lidiar con tecnologías en desarrollo, restricciones presupuestarias y una intrincada estructura militar distribuida entre distintas agencias.
El Golden Dome: Un proyecto astronómico con costos astronómicos
Anunciado mediante una orden ejecutiva apenas asumida la presidencia, el Golden Dome propone una expansión sin precedentes del sistema de defensa antimisiles de EE. UU. La idea es trasladar gran parte del esfuerzo defensivo al espacio: colocar cientos de satélites en órbita, equipados con sensores avanzados e interceptores capaces de detectar y neutralizar misiles balísticos, hipersónicos o de crucero apenas sean lanzados.
El Congreso ya aprobó una financiación inicial de US$ 25 mil millones. Sin embargo, las estimaciones a largo plazo oscilan entre 175 y 500 mil millones, según el diseño final del sistema. La enorme variabilidad se debe a lo incipiente del proyecto y a la complejidad técnica que implica alcanzar una cobertura satelital global con alta confiabilidad.
Aún así, el programa enfrenta resistencia, especialmente entre legisladores demócratas que cuestionan la magnitud del presupuesto asignado para una propuesta que aún carece de detalles técnicos claros.
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