Mientras crece la carrera tecnológica por el desarrollo de robots humanoides, el ejército chino lanza una señal de alerta: el uso militar de estas máquinas plantea dilemas éticos profundos y aún sin resolver.

Una publicación del Diario del Ejército Popular de Liberación (EPL), órgano oficial de las Fuerzas Armadas chinas, advierte sobre los peligros morales asociados a la incorporación de robots humanoides en operaciones bélicas. El análisis sugiere que es urgente establecer marcos éticos y legales que regulen su uso, antes de que estas tecnologías se implementen de manera masiva y rutinaria.

“Los robots humanoides militares son las armas más similares al ser humano que se han desarrollado hasta ahora. Su uso generalizado podría derivar en asesinatos indiscriminados y muertes accidentales, con posibles consecuencias legales y condena moral”, señala el artículo.

Robots con forma humana, decisiones con consecuencias humanas

Los autores citan como punto de partida las célebres Tres Leyes de la Robótica del escritor Isaac Asimov. Según el artículo, los robots militarizados violan directamente el primer principio de Asimov, que prohíbe a una máquina dañar a un ser humano o permitir, por inacción, que un humano sufra daño.

En escenarios de combate, sostienen, los robots humanoides deberían operar bajo principios inspirados en el derecho internacional humanitario: obedecer a los humanos, respetarlos y protegerlos. También deberían contar con la capacidad de interrumpir el uso excesivo de la fuerza y evitar, de forma activa, causar muertes indiscriminadas.

¿Por qué usar robots humanoides en el campo militar?

Según el artículo, una de las principales ventajas técnicas de los robots es su capacidad para utilizar brazos mecánicos de forma precisa y adaptable, permitiendo operar herramientas complejas. Esto los vuelve candidatos ideales para tareas militares que no pueden ser realizadas por sistemas autónomos tradicionales.

Sin embargo, comparados con otros equipos no tripulados, los robots con forma humana son más costosos, técnicamente más complejos y menos eficientes en términos de velocidad y adaptación a entornos difíciles.

“Incluso si su desarrollo se consolida y su uso se vuelve común, no desplazarán por completo a otros sistemas no tripulados”, concluyen los autores.

Un debate que crece en paralelo a la innovación

Esta no es la primera vez que el Diario del EPL reflexiona públicamente sobre este tema. En mayo, otro artículo destacaba el potencial de los robots humanoides para redefinir el futuro de la guerra, elogiando su capacidad de toma de decisiones y su funcionamiento mediante algoritmos de IA.

Durante 2025, varias empresas chinas presentaron robots humanoides cada vez más versátiles, lo que refuerza el optimismo en torno a esta tecnología. Aunque hoy su uso se concentra mayormente en sectores como logística, manufactura, educación y servicios, el interés militar está creciendo a ritmo acelerado.

Por ahora, el despliegue masivo de estos sistemas en zonas de conflicto aún parece lejano. Pero el debate ya está en marcha. Y según la visión del propio Ejército chino, no se trata sólo de una cuestión tecnológica, sino de una discusión moral de escala global.

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