Astrónomos lograron capturar por primera vez una imagen del escenario posterior a una rara explosión estelar conocida como supernova de doble detonación, un evento violento que no solo destruye completamente a su estrella protagonista, sino que también forja algunos de los elementos esenciales para la vida.
El hallazgo fue realizado con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO), ubicado en Chile, y publicado en la revista Nature Astronomy. Se trata de una evidencia visual única de un tipo particular de supernova, clasificada como Tipo Ia, en la que el estallido ocurre en dos fases consecutivas, separadas apenas por dos segundos.
No era una estrella común, ni una explosión habitual
A diferencia de las supernovas más frecuentes —que ocurren cuando una estrella masiva, al menos ocho veces más pesada que el Sol, agota su combustible nuclear y colapsa—, este caso involucra a una enana blanca, un remanente estelar de gran masa pero del tamaño de la Tierra.
La estrella en cuestión se encontraba en un sistema binario, a unos 160.000 años luz de la Tierra, dentro de la Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite de la Vía Láctea. Allí, la enana blanca comenzó a absorber helio de su estrella compañera, desencadenando una reacción en cadena.
Primero, el helio acumulado sobre su superficie alcanzó condiciones extremas de temperatura y densidad, provocando una detonación superficial. Esa explosión generó una onda de choque tan intensa que penetró el interior de la enana blanca, causando una segunda detonación: el estallido definitivo que destruyó por completo la estrella.
La huella del desastre, vista desde la Tierra
El instrumento MUSE (Multi-Unit Spectroscopic Explorer) del VLT permitió mapear la distribución química de los elementos liberados en el cataclismo. La asombrosa imagen muestra dos capas concéntricas de calcio, que se expanden hacia el espacio. La más externa corresponde a la primera explosión, la interna a la segunda.

“Las capas de calcio son una prueba concluyente del mecanismo de doble detonación”, afirmó Priyam Das, investigadora principal del estudio.
El análisis también reveló la presencia de hierro y azufre, dos elementos clave en la evolución química del universo. El azufre es parte del ciclo vital de muchas moléculas biológicas. El hierro, además de ser esencial en la composición del planeta Tierra, forma parte de la hemoglobina en la sangre humana.
Una muerte violenta, una creación cósmica
Las supernovas de tipo Ia como esta son fundamentales para entender cómo se producen y distribuyen en el universo elementos pesados como el calcio, el azufre y el hierro. Si bien se conocía su existencia, hasta ahora no se había obtenido una imagen clara de una doble detonación.
“Esto es clave para reconstruir la evolución química de las galaxias, incluidos los componentes que forman planetas y organismos vivos”, remarcó Das.
El evento registrado ocurrió hace aproximadamente 300 años, pero la luz y el material eyectado recién ahora llegan a los telescopios terrestres. Gracias a la resolución de los instrumentos del VLT, fue posible reconstruir este rompecabezas cósmico con una nitidez sin precedentes.
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