Este jueves 26 de junio, en el marco de la misión Shenzhou-20, Chen Zhongrui y Chen Dong realizaron una nueva caminata espacial fuera de la estación Tiangong, marcando su segunda actividad extravehicular (EVA) en apenas cinco semanas. Chen Zhongrui fue el primero de salir al vacío del espacio desde el módulo Wentian, mientras que su comandante, Chen Dong, se sumó dos horas más tarde. Desde el interior de la estación, el ingeniero Wang Jie coordinó las tareas en tiempo real.
Durante la caminata, que duró casi seis horas y media, los astronautas instalaron escudos de protección contra desechos espaciales y completaron la verificación e instalación de equipos e interfaces externas en Tiangong. Entre las mejoras, se incluyeron nuevos adaptadores automáticos para apoyar los pies en el extremo del brazo robótico, lo que reducirá la duración de futuras EVAs en unos 40 minutos, según informó la Oficina de Ingeniería Espacial Tripulada de China (CMSEO).
“Antes, los astronautas debían instalar plataformas manuales para poder operar desde el brazo robótico. Ahora, el sistema permite un anclaje más ágil y directo”, explicó Li Xuedong, diseñador jefe del sistema de la estación espacial en CASC.
Esta fue la segunda caminata del trío a bordo de Shenzhou-20. La anterior, el 22 de mayo, duró ocho horas e incluyó tareas similares de protección externa. En aquella ocasión, el acceso fue a través del módulo central Tianhe.
Ciencia en órbita: lo que investiga Shenzhou-20
La misión Shenzhou-20 despegó el 24 de abril a bordo de un cohete Long March 2F desde el centro espacial de Jiuquan. Se acopló a la estación unas seis horas y media más tarde, dando inicio a una estadía de seis meses con fuerte impronta científica.
Desde entonces, los astronautas avanzaron en investigaciones sobre fisiología humana, física en microgravedad y tecnologías espaciales. Entre los instrumentos clave se encuentra un espectrómetro Raman, que se utiliza para estudiar microbiota y metabolismo nutricional. Parte de los experimentos analizan muestras de orina para explorar cómo se regula el metabolismo óseo en el espacio.
Uno de los estudios destacados examina cómo la microgravedad afecta el desarrollo de microorganismos, utilizando cepas de streptomyces en un gabinete biotecnológico. Las muestras líquidas se conservan en frío para su análisis posterior en la Tierra.
Además de tareas de mantenimiento en el sistema de soporte vital regenerativo, el control térmico y el equipo de ejercicio físico, la tripulación interactúa con Xiao Hang, un robot inteligente, en busca de ensayar nuevas formas de cooperación entre humanos y máquinas en vuelos prolongados.
Diplomacia desde el espacio y próximos lanzamientos
Más allá de la ciencia, la tripulación de Shenzhou-20 también protagonizó un evento internacional: una edición especial del Aula Tiangong. A comienzos de junio, los astronautas mantuvieron una conexión en vivo con 300 estudiantes, científicos y funcionarios en Budapest. Esta nueva edición, normalmente dirigida a alumnos chinos, fue organizada por la CMSEO, la embajada china en Hungría y la Academia Húngara de Ciencias, como parte de una estrategia creciente de diplomacia científica.
Mientras tanto, los preparativos en Tierra avanzan para el próximo abastecimiento de la estación espacial china. La nave Tianzhou-9 se lanzará no antes del 14 de julio desde el puerto espacial de Wenchang, mediante un cohete Long March 7.
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