Con apenas unas pocas noches de observación, el Observatorio Vera C. Rubin ya identificó más de dos mil asteroides jamás vistos. Durante su primera conferencia pública, el observatorio presentó una secuencia sencilla pero reveladora: decenas de puntos blancos cruzando lentamente un fondo oscuro. A simple vista parecía un video cualquiera del cielo nocturno, pero cada punto era un asteroide recién descubierto, captado gracias a exposiciones sucesivas que revelan su desplazamiento.

En total, el Rubin identificó 2.104 nuevos cuerpos en el sistema solar, incluyendo siete clasificados como objetos cercanos a la Tierra (NEO).

“Esto es cinco veces más que lo que toda la comunidad astronómica mundial descubrió en los últimos 200 años desde el hallazgo del primer asteroide”, explicó Željko Ivezić, director adjunto del Rubin y responsable científico del programa LSST (Legacy Survey of Space and Time).

Asteroides descubiertos por el observatorio.

Una cámara sin precedentes

El Observatorio Vera C. Rubin, emplazado a más de 2.600 metros de altura en el cerro Pachón, en Chile, está diseñado para mapear el cielo austral cada tres noches durante al menos diez años. Para ello, cuenta con la cámara digital más grande jamás construida para astronomía.

Esta capacidad convierte al Rubin en un instrumento ideal para detectar objetos pequeños, rápidos y fugaces, como los asteroides. Su software puede identificar sutiles movimientos celestes que, en otros telescopios, pasarían desapercibidos.

En una de las imágenes compartidas por el equipo, se muestran rastros de color que representan distintas exposiciones sucesivas. Esos rastros no son errores: son la huella del movimiento de los asteroides en el cielo, captada con una precisión que permite incluso aislarlos del fondo de estrellas y galaxias.

Asteroides en modo “película”

Uno de los aportes más llamativos del Rubin es la posibilidad de convertir sus datos en animaciones reales. Al combinar múltiples exposiciones, los asteroides se pueden observar como si estuvieran en movimiento sobre un fondo estático. Esto no solo ofrece una experiencia visual impactante, sino que permite analizar con precisión las trayectorias de objetos que, de otro modo, se perderían después de un único registro.

“Hasta ahora, los asteroides desaparecían después de una sola toma. Poder seguirlos en secuencia es algo sin precedentes”, destacó Ivezić.

Además, distinguir entre el movimiento lento de las estrellas y el rápido de los asteroides permite separar claramente ambos tipos de objeto, abriendo una nueva era para la detección sistemática de cuerpos menores.

Ciencia y defensa planetaria

El hallazgo no es solo un logro astronómico. La capacidad del Rubin para detectar asteroides cercanos con rapidez y precisión se alinea con uno de los objetivos más relevantes de la astronomía contemporánea: la defensa planetaria.

En los últimos años, el temor a posibles impactos volvió a instalarse en la agenda pública. Casos como el del asteroide 2024 YR4, que llegó a ser considerado una amenaza real antes de descartarse, demostraron la necesidad urgente de contar con sistemas de vigilancia más eficaces. En ese contexto, el Rubin se convierte en una herramienta clave.

Vera C. Rubin
Simulación que representa todos los asteroides que se espera detectar con el Vera C. Rubin.

“Este anillo azul que mostramos en la simulación representa todos los asteroides que esperamos detectar”, explicó Ivezić mostrando una visualización. “Lo que descubrimos hasta ahora corresponde a una pequeña fracción de ese anillo. En los próximos dos o tres años, con el inicio formal del LSST, esperamos descubrir millones.”

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