En la nueva carrera espacial hacia la Luna, la competencia es feroz, pero también lo es la cooperación. Mientras las empresas tecnológicas luchan por ganar un lugar en el lucrativo programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS) de la NASA, valorado en US$ 2.600 millones, está ocurriendo un fenómeno inesperado: los rivales se están convirtiendo en aliados.
Astrobotic, Firefly Aerospace e Intuitive Machines, las principales protagonistas de esta misión comercial, están descubriendo que, para llegar al satélite natural, colaborar es tan importante como competir.
CLPS: Mucho más que competencia
Astrobotic Technology, Firefly Aerospace e Intuitive Machines son las tres empresas que lideran las misiones lunares comerciales bajo el CLPS.
Aunque inicialmente se veían como rivales, su relación ha evolucionado hacia una colaboración estratégica y táctica. Desde coordinar frecuencias de comunicación hasta asegurar que sus misiones no interfieran entre sí, estas compañías están desarrollando una red de cooperación que podría definir el futuro de la exploración lunar comercial.
“De repente, nos encontramos con tres módulos de aterrizaje en camino a la Luna al mismo tiempo”, comentó Tim Crain, vicepresidente de Intuitive Machines.
Esta situación llevó a las empresas a establecer canales de comunicación directos entre sus directores de misión para evitar interferencias, como conflictos en las frecuencias de radio.

El desafío de coordinar en el espacio
La necesidad de cooperación entre estas empresas no solo es técnica. Crain destacó que, en lugar de depender de la NASA para gestionar las operaciones, las empresas prefieren manejar esta coordinación de manera orgánica.
“No queremos una nueva estructura regulatoria que complique las cosas”, explicó Dan Hendrickson, director de desarrollo comercial de Astrobotic.
Las compañías encontraron formas de apoyarse mutuamente incluso en desafíos comunes, como el acceso al espectro de comunicaciones.
“NASA también está aprendiendo junto a nosotros”, dijo Ray Allensworth, director del programa Blue Ghost de Firefly. “La coordinación y el soporte mutuo serán clave a medida que más misiones comerciales se lancen a la Luna”.
Hacia un futuro CLPS 2.0
El futuro del programa CLPS ya está en discusión. Con los contratos actuales expirando en 2028, las compañías líderes abogan por una segunda fase: CLPS 2.0.
John Thornton, CEO de Astrobotic, propuso un modelo de compras en bloque, donde NASA adquiriría varias misiones a la vez, asegurando estabilidad financiera para las empresas y optimizando los costos del programa.
Jason Kim, CEO de Firefly, apoyó la idea de mantener un flujo constante de misiones anuales, mientras que Steve Altemus, CEO de Intuitive, sugirió expandir el programa para incluir a otras agencias gubernamentales, más allá de NASA, maximizando el uso de los módulos lunares comerciales.
Más allá del CLPS
Pero la visión de estas empresas no se limita al programa CLPS. Durante el Simposio Espacial, Ispace U.S., una filial de la empresa japonesa ispace, anunció una alianza con Redwire para desarrollar módulos lunares comerciales, apostando a un mercado más amplio que el impulsado por NASA.
“La economía cislunar tiene el potencial de convertirse en una nueva frontera comercial”, afirmó Ron Garan, presidente de ispace U.S.
Y en este nuevo escenario, empresas como Astrobotic planean diversificarse, ofreciendo servicios como LunaGrid, un sistema de energía para la superficie lunar.
La competencia en la Luna está lejos de ser una carrera en solitario. Las empresas están descubriendo que, para prosperar, deben competir y colaborar al mismo tiempo. Y mientras NASA observa este desarrollo con interés, las compañías comerciales están sentando las bases de una nueva era en la exploración lunar.
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