Desde la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg, en California, despegó exitosamente un Falcon 9 de SpaceX como parte de la misión NROL-145. A bordo llevaba un nuevo conjunto de satélites espía para la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO), la agencia encargada de operar el sistema de inteligencia espacial de Estados Unidos.

Este vuelo marca el décimo lanzamiento dentro de la estrategia conocida como arquitectura proliferada, una apuesta disruptiva del organismo para renovar su presencia en órbita. En lugar de depender de pocos satélites grandes, sofisticados y carísimos, la NRO apunta ahora a una red densa de plataformas más pequeñas, más baratas y lanzadas con mayor frecuencia.

“Tener cientos de satélites pequeños en órbita es fundamental para nuestra misión”, explicó Chris Scolese, director de la NRO. “Nos permiten aumentar la frecuencia de revisitas, ampliar la cobertura, acelerar la entrega de datos. En definitiva, responder más rápido a lo que nuestros clientes necesitan”.

Programa NROL: Tecnología secreta en una base conocida

Aunque la NRO se caracteriza por su hermetismo, hay algunas pistas sobre estos satélites. Si bien no se brindaron detalles del cargamento ni se mostró la etapa superior del cohete, se cree que los dispositivos forman parte de una versión modificada de los satélites Starlink de SpaceX. A las plataformas tradicionales de internet se les habría incorporado equipamiento especializado para tareas de vigilancia e inteligencia.

El primer lanzamiento de esta red de arquitectura proliferada se realizó en mayo de 2024. Desde entonces, los diez vuelos del programa partieron exclusivamente desde la costa oeste estadounidense, todos impulsados por cohetes Falcon 9 desde la misma base californiana.

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