Foo Fighter, una nueva constelación de satélites militares antimisiles de órbita baja, acaba de superar una etapa clave en su desarrollo. El proyecto dio un paso decisivo hacia su implementación operativa, con el inicio de la fase de producción prevista para 2026.

Foo Fighter: Ocho satélites para una arquitectura espacial militar

La empresa Millennium Space Systems, subsidiaria de Boeing con sede en California, completó exitosamente una revisión crítica de diseño (CDR) para los ocho satélites que integran la constelación Foo Fighter. Esto habilita el comienzo de la fabricación en serie, con el lanzamiento proyectado para finales de 2027.

El programa, financiado por un contrato de US$ 414 millones adjudicado por la Space Development Agency (SDA) en 2023, forma parte de la Proliferated Warfighter Space Architecture: una red de satélites de órbita baja destinada a garantizar seguimiento continuo, comunicaciones tácticas y capacidad de respuesta en tiempo real para las fuerzas armadas de Estados Unidos.

“Esta revisión marca un hito importante en el camino hacia la entrega final del sistema”, aseguró Tony Gingiss, CEO de Millennium Space.

Según explicó Gingiss, la empresa entregará tanto los satélites como el sistema terrestre asociado en 2026, y estará a cargo de las operaciones en órbita.

Satélites militares

Tecnología para enfrentar amenazas hipersónicas

El principal diferencial de los Foo Fighter es su capacidad para detectar y rastrear misiles avanzados, incluyendo armas hipersónicas, caracterizadas por su velocidad extrema y trayectorias impredecibles. Para lograrlo, cada satélite incorporará sensores de alta precisión diseñados por L3Harris Technologies, especializados en generar datos de control de fuego en tiempo real.

Estos sensores permiten seguir objetivos con alta fidelidad y proporcionar coordenadas exactas a sistemas de intercepción basados en tierra. Según un comunicado de L3Harris, esta precisión mejora significativamente la probabilidad de éxito en la neutralización de misiles enemigos.

La empresa anunció además que sus cargas útiles infrarrojas completaron la revisión de preparación para producción, habilitando su fabricación en la planta de Massachusetts. Para reforzar su capacidad, L3Harris invirtió recientemente US$ 10 millones en ampliar esa instalación.

Foo Fighter y el Domo Dorado

La apuesta tecnológica va acompañada de una expansión de infraestructura. L3Harris está destinando otros US$ 200 millones para modernizar sus instalaciones en Indiana y Florida, con el objetivo de responder a una posible mayor demanda de sensores infrarrojos para defensa antimisiles.

Charles Clarkson, vicepresidente de la división de superioridad espacial e imágenes de L3Harris, indicó que este esfuerzo apunta a posicionar al programa Foo Fighter como una pieza central de la iniciativa Domo Dorado (o Domo de Hierro), del gobierno de Donald Trump.

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